Nuestro café es cosechado a más de 1200 metros a nivel del mar, conservando un proceso libre de químicos y pesticidas, cultivado con un estricto control de calidad logrando crear el sabor y textura de nuestro café.
Cuidamos artesanalmente cada grano por un lapso de 225 días aproximadamente, hasta lograr su punto perfecto de maduración.
Secamos cada cereza de café naturalmente al sol, lo cual aporta las notas frutales perfectas a cada grano.
Maestros tostadores certifican el logro de un tueste que intensifique las notas profundas de nuestro café.